La Clínica Mayo tiene bien ganado su prestigio entre los ciudadanos estadounidenses, al menos eso debió pensar un vecino de Minnesota que regresó de la muerte tras los numerosos cuidados a los que le sometieron en el centro hospitalario.
El hombre de 54 años sufrió un paro cardiaco en plena calle en un día descrito como ''muy frio''. A los pocos minutos aparecía una ambulancia para darle los primeros auxilios, sin embargo, los seis electroshocks que le aplicaron no consiguieron reanimar al hombre que fue trasladado hasta la clínica en helicóptero.
El helicóptero contaba con un elemento crucial; un capnógrafo, un aparato que normalmente se usa en salas de operación para monitorear la cantidad de dióxido de carbono y los gases anestésicos que inhala un paciente durante las cirugías.
Tras 96 minutos de duro esfuerzo, de sudor y de cruzar los dedos, el hombre recuperaba su pulso y era trasladado a las instalaciones de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, donde fue estabilizado
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