El Consejo de la localidad votó por unanimidad para crear una ordenanza extraordinaria con respecto a los animales exóticos que le permitirá a Christie Carr quedarse con Irwin, el canguro rojo, bajo ciertas condiciones.
Carr no puede trabajar por su salud y se siente feliz en compañía de Irwin, a quien encontró en un santuario de animales, después de recomendárselo su terapeuta.
Carr declaró en el consejo que "Irwin es mi vida, él me da fuerza".
El canguro Irwin no puede pararse o caminar sólo después de que se fracturó el cuello y sufrió daños cerebrales cuando chocó con una valla.
Carr se ofreció a llevarlo a su casa y con una enfermera ayuda en su recuperación.
Los miembros del consejo estaban preocupados porque el canguro podría representar un peligro para la salud pública, ya que un canguro rojo macho sano puede llegar a pesar casi 100 kilos.
Sin embargo, el terapeuta de Carr certificó al animal como una mascota de terapia.
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