Hace algún tiempo todos los medios de comunicación se hicieron eco de un suceso, cuanto menos, sorprendente: un hombre derriba un helicóptero de una pedrada.
El incidente se produjo en la mañana del día 10 de agosto de 1989, cuando un helicóptero del Ejército de Tierra se estrelló en las cercanías de la pedanía de Mataelpino (Madrid), causando heridas de diversa consideración a sus ocupantes. El helicóptero se hallaba a unos 5 metros de altura realizando un vuelo estacionario de entrenamiento cuando, según fuentes de la Guardia Civil, un hombre lanzó contra él una piedra. Según estas mismas fuentes, el presunto agresor huyó es su coche, siendo localizado y detenido horas después.
Por su parte, la versión de Luis Perezagua (el acusado) y su abogada, fue muy diferente: el hombre se encontraba recogiendo menta y poleo cuando se le vino encima el helicóptero, al que increpó e hizo señales con los brazos. Este veterinario retirado de 59 años negó ante el Juzgado cualquier responsabilidad en el accidente y afirmó que incluso llegó a prestar ayuda a los heridos. Luis Perezagua declaró que el piloto del helicóptero realizó dos o tres vuelos rasantes que le asustaron y que la impericia del piloto hizo el resto.
Hoy en día el caso sigue sin aclararse del todo y lo único que se puede decir a ciencia cierta es que el acusado fue puesto en libertad sin cargos.
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