El viaje no sólo fue largo sino, como puedes imaginar, muy peligroso para un minino, que empleó dos años de su vida (un año y ocho meses, exactamente) en cruzar tres fronteras para, por fin, llegar hasta su destino, la nueva casa de sus dueños, que habian hecho el trayecto en tren.
Ravula Hairova no podía ni siquiera imaginar la locura que haría su gato por encontrarla, justo cuando lo decidió dejar con sus vecinos, temerosa de que el animal no pudiera superar el cambio de residencia.
Queriendo evitarle problemas al gato, que ahora tiene nueva años, en realidad consiguió todo lo contrario. El inteligente animal, para que luego digan que los gatos no son fieles, no tardó en desaparecer de la casa de los vecinos.
No se supo nada de él hasta que la señora Hairovase descubrió un gato que la esperaba en los alrededores de su nueva casa. El pobre gatito, de nombre Karim, estaba demacrado, superdelgaducho, y no tenía buen aspecto, pero su dueña lo reconoció de inmediato y se sintio muy feliz de tenerlo de nuevo.
En su vida actual, el gato adora dormitar en el sillón que la familia llevó desde su antigua casa hasta la nueva. Y se ha hecho mucho más casero. "Ya no le van las correrías como antes", dicen sus dueños (con la que se pego para llegar a la casa... tendra ganas de descansar, el animalito).
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